A la hora de medir tus progresos durante un plan nutricional y de entrenamiento cometes un error si te guías solo por tu peso.
¿Por qué? Porque el peso no te da una información completa ni interpretable.
Debemos fijarnos en:
Mayor vitalidad y menor cansancio en tus actividades diarias, comparándolo con la etapa pre plan nutricional/entrenamiento
La mejor forma de medir tu progreso es mediante una medición antropométrica, ya que podrás observar tus distintos compartimentos corporales (masa muscular y masa grasa) y ver si estás mejorando o no independientemente de que tu peso sea menor, igual o mayor. Además, puedes añadir fotos cada 2 o 3 semanas para establecer comparativas y comprobar cuales son las zonas en las cuales almacenabas más grasa y la estamos mejorando.
La mejoría visual que observes en tu ropa también cuenta. Esto se debe a que la grasa ocupa u n volumen mayor al que puede ocupar el musculo. Es por ello que habrá veces en que tengas el mismo peso, pero tengas menos volumen, mediable en forma de contornos.
En definitiva, sentirte mejor contigo mismo. También es interesante como puede mejorar tu calidad de sueño, más que la cantidad de horas que pases dormido. En este caso, la actividad física será tu mejor aliada ya que te ayudará a mejorar esa calidad del sueño, así como tu sensación de bienestar durante el día, debido a las hormonas que segrega nuestro cuerpo tanto mientras entrenamos, como después del entrenamiento.
Debido a estos cambios, tu salud mental mejorará, además de observar una mejoría en tu estilo de vida (te alimentas mejor, sabes cómo hacerlo y eres más activo).
Te recomendamos que en el momento que decidas mejorar tus hábitos, lo hagas de la mano de profesionales del ámbito de la salud (entrenadores, nutricionistas, fisioterapeutas, etc), ya que harán que tu proceso de recomposición corporal sea lo más saludable y sostenible posible.
